Para los dueños de fincas es más rentable vender un kilo de cacao que una arroba de hoja de coca, pero les hace falta semillas, insumos y rutas de comercialización.

40 familias derivan su sustento del cultivo del cacao en El Plateado.
Por Camilo Fajardo Cabrera
Cauca, En el corregimiento de El Plateado, municipio de Argelia, encontramos la iniciativa de un joven universitario que decidió empezar a transformar el cacao, aunque no tenía ni idea de cómo hacerlo, consiguió dónde comprarlo, después compró una maquina y ahora tiene un emprendimiento que se ha convertido en la solución de 40 familias a quienes les compra el cacao.
Edna Rocío Ayala dice que su hijo Camilo llegó un día con la idea, a las pocas semanas, durante su receso universitario trajo varias almendras y empezó a experimentar, con tal suerte que produjo el mejor chocolate que hayan probado.
Camilo Alexander Narváez, junto a dos compañeras compraron una maquina con la que empezó Choco Pri, una empresa que busca hacerle frente a la crisis por el bajo precio de la hoja de coca, según dice el universitario.
El proyecto ha sido tan exitoso que están comercializando el producto que le compran a familias de la zona, como Roberto Gaviria, que nunca arrancó las matas de cacao porque ve en la coca una plantación inestable que en lugar de progreso ha traído preocupación en regiones como el Cañón del Micay.
Este campesino con raíces ‘venteñas’ (La Unión, Nariño), lleva muchos años en El Plateado y considera al cacao como el producto que puede sacar de la crisis a municipios como Argelia, cuya economía dependen en un altísimo porcentaje de la producción y venta de la hoja de coca.
Vender una arroba de cacao le representan ingresos aproximados a los doscientos cincuenta mil pesos ($250.000), mientras que una arroba de coca vale entre veintitrés a veinticinco mil pesos ($23.000 a $25.000), con la diferencia que la coca se cosecha cada dos o tres meses, mientras que el cacao produce frutos cada 15 días.
Con buenas semillas y el apoyo necesario, el cacao empezaría a desplazar a la desvalorizada hoja de coca, pero no solo es llegar a dejar plántulas, también se requiere acompañamiento técnico para los cultivos, mejoramiento en los procesos de fermentación, secado, tostión y la más importante: la comercialización.
Vecinos y amigos de Roberto ven cómo la fe en el cacao ahora lo tiene con una economía estable para sostener a su familia, son apenas dos mil 500 matas que podrían aumentar en número y convertirse en referente para quienes buscan una alternativa agrícola y económica. Varias familias ya sembraron las primeras plantas y esperan, muy pronto, hacer parte de Choco Pri.
